Vancouver puede usar el calor de la minería de Bitcoin para calentar la piscina Kitsilano.
El alcalde propone impuestos sobre Bitcoin y reservas para fortalecer las finanzas de la ciudad.
La opinión pública guiará las decisiones sobre la calefacción de piscinas y la adopción de Bitcoin.
Vancouver podría pronto usar la minería de Bitcoin para más que solo ganancias financieras. Los líderes de la ciudad están considerando canalizar el calor de los equipos de minería hacia la piscina Kitsilano, un querido lugar de natación pública. El plan surgió durante la conferencia Learning Bitcoin, donde el alcalde Ken Sim participó en conversaciones sobre cómo entrelazar Bitcoin en los servicios municipales. Imagina a los nadadores disfrutando de agua caliente impulsada por oro digital—una idea que combina creatividad con practicidad y despierta entusiasmo en toda la ciudad.
Bitcoin como estrategia energética y financiera
En el corazón de la propuesta hay una visión audaz. En lugar de descartar el exceso de calor de la minería, Vancouver podría transformarlo en una fuente de calefacción durante todo el año para el pool de minería. Esta estrategia de doble propósito no solo ahorra energía, sino que también redefine cómo las comunidades ven el papel de Bitcoin en la vida cotidiana. La sostenibilidad y la tecnología se encuentran donde los residentes nadan, convirtiendo una carga ambiental percibida en un beneficio público.
El alcalde Ken Sim no se ha limitado a las discusiones sobre energía. En diciembre, instó al personal a evaluar cómo Vancouver podría convertirse en una ciudad amigable con Bitcoin. Sus ideas incluyen aceptar impuestos municipales y tarifas de servicios en Bitcoin y convertir una parte de las reservas financieras en la moneda digital. Describió Bitcoin como un activo resiliente con un historial comprobado de 16 años, destacando la seguridad de la cadena de bloques como base de la confianza.
Para fortalecer su argumento, Sim señaló la inversión de la Fundación Harvard en Bitcoin — BTC. Si una institución prestigiosa abraza este camino, razonó, los municipios también pueden beneficiarse. Para él, Bitcoin proporciona una cobertura contra la inflación y una alternativa a las monedas presionadas por la volatilidad. Al preservar el poder adquisitivo de las reservas, la ciudad podría protegerse contra choques económicos que dejan vulnerables a los activos tradicionales.
Participación Pública y Implicaciones Más Amplias
La participación pública sigue siendo central en el proceso de toma de decisiones. La ciudad planea invitar a los residentes a dar su opinión antes de dar forma al futuro de la piscina Kitsilano. Las voces de la comunidad ayudarán a determinar si este experimento se alinea con las prioridades locales. La invitación subraya que la innovación tecnológica prospera cuando las personas se sienten incluidas en el proceso.
La exploración de Vancouver va más allá de las piscinas. Marca un cambio hacia soluciones creativas de infraestructura y nuevos enfoques para la gestión financiera. Al integrar Bitcoin, los líderes esperan diversificar las reservas de la ciudad y proteger la riqueza pública de la erosión inflacionaria. La propuesta también replantea el debate en torno al consumo de energía notorio de la minería de Bitcoin. En lugar de centrarse en el desperdicio, Vancouver busca mostrar una aplicación práctica y ecológica.
Otras ciudades pueden observar de cerca. Si Vancouver tiene éxito, el proyecto podría sentar un precedente global. Los municipios de todo el mundo podrían encontrar inspiración en este intento de combinar tecnología, eficiencia energética y previsión financiera. Vancouver no solo está probando Bitcoin como una moneda o una inversión, sino que está probando Bitcoin como una herramienta cívica.
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Vancouver Explora los Impuestos de Bitcoin, Reservas y Calefacción de Piscinas
Vancouver puede usar el calor de la minería de Bitcoin para calentar la piscina Kitsilano.
El alcalde propone impuestos sobre Bitcoin y reservas para fortalecer las finanzas de la ciudad.
La opinión pública guiará las decisiones sobre la calefacción de piscinas y la adopción de Bitcoin.
Vancouver podría pronto usar la minería de Bitcoin para más que solo ganancias financieras. Los líderes de la ciudad están considerando canalizar el calor de los equipos de minería hacia la piscina Kitsilano, un querido lugar de natación pública. El plan surgió durante la conferencia Learning Bitcoin, donde el alcalde Ken Sim participó en conversaciones sobre cómo entrelazar Bitcoin en los servicios municipales. Imagina a los nadadores disfrutando de agua caliente impulsada por oro digital—una idea que combina creatividad con practicidad y despierta entusiasmo en toda la ciudad.
Bitcoin como estrategia energética y financiera
En el corazón de la propuesta hay una visión audaz. En lugar de descartar el exceso de calor de la minería, Vancouver podría transformarlo en una fuente de calefacción durante todo el año para el pool de minería. Esta estrategia de doble propósito no solo ahorra energía, sino que también redefine cómo las comunidades ven el papel de Bitcoin en la vida cotidiana. La sostenibilidad y la tecnología se encuentran donde los residentes nadan, convirtiendo una carga ambiental percibida en un beneficio público.
El alcalde Ken Sim no se ha limitado a las discusiones sobre energía. En diciembre, instó al personal a evaluar cómo Vancouver podría convertirse en una ciudad amigable con Bitcoin. Sus ideas incluyen aceptar impuestos municipales y tarifas de servicios en Bitcoin y convertir una parte de las reservas financieras en la moneda digital. Describió Bitcoin como un activo resiliente con un historial comprobado de 16 años, destacando la seguridad de la cadena de bloques como base de la confianza.
Para fortalecer su argumento, Sim señaló la inversión de la Fundación Harvard en Bitcoin — BTC. Si una institución prestigiosa abraza este camino, razonó, los municipios también pueden beneficiarse. Para él, Bitcoin proporciona una cobertura contra la inflación y una alternativa a las monedas presionadas por la volatilidad. Al preservar el poder adquisitivo de las reservas, la ciudad podría protegerse contra choques económicos que dejan vulnerables a los activos tradicionales.
Participación Pública y Implicaciones Más Amplias
La participación pública sigue siendo central en el proceso de toma de decisiones. La ciudad planea invitar a los residentes a dar su opinión antes de dar forma al futuro de la piscina Kitsilano. Las voces de la comunidad ayudarán a determinar si este experimento se alinea con las prioridades locales. La invitación subraya que la innovación tecnológica prospera cuando las personas se sienten incluidas en el proceso.
La exploración de Vancouver va más allá de las piscinas. Marca un cambio hacia soluciones creativas de infraestructura y nuevos enfoques para la gestión financiera. Al integrar Bitcoin, los líderes esperan diversificar las reservas de la ciudad y proteger la riqueza pública de la erosión inflacionaria. La propuesta también replantea el debate en torno al consumo de energía notorio de la minería de Bitcoin. En lugar de centrarse en el desperdicio, Vancouver busca mostrar una aplicación práctica y ecológica.
Otras ciudades pueden observar de cerca. Si Vancouver tiene éxito, el proyecto podría sentar un precedente global. Los municipios de todo el mundo podrían encontrar inspiración en este intento de combinar tecnología, eficiencia energética y previsión financiera. Vancouver no solo está probando Bitcoin como una moneda o una inversión, sino que está probando Bitcoin como una herramienta cívica.