He regresado a mi ciudad natal para hacer entregas, no hay banquete que no termine, esta fiesta ha llegado a su último momento, los manjares ya se han terminado, solo quedan sobras frías y un desorden total.
Las personas inteligentes ya han comido y se han ido en silencio, mientras tú te das cuenta tarde y aún no quieres salir, golpeando el cuenco con los palillos haciendo ruido de campanas, soñando con esperar el siguiente delicioso y abundante plato principal, pero al final lo que llega es la enorme factura de este banquete. Siempre hay alguien que tiene que pagar la fiesta, y esta vez somos tú y yo los que pagamos.
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Hola hermano, espero que estés bien.
He regresado a mi ciudad natal para hacer entregas, no hay banquete que no termine, esta fiesta ha llegado a su último momento, los manjares ya se han terminado, solo quedan sobras frías y un desorden total.
Las personas inteligentes ya han comido y se han ido en silencio, mientras tú te das cuenta tarde y aún no quieres salir, golpeando el cuenco con los palillos haciendo ruido de campanas, soñando con esperar el siguiente delicioso y abundante plato principal, pero al final lo que llega es la enorme factura de este banquete. Siempre hay alguien que tiene que pagar la fiesta, y esta vez somos tú y yo los que pagamos.